Los primeros indicios de ocupación humana del área de Urkiola corresponden al yacimiento de Asuntze (Abadiño) donde se ha determinado una secuencia estratigráfica con indicios del Paleolítico medio. Sin embargo, por el momento sólo se ha efectuado una delimitación del relleno arqueológico del yacimiento, careciendo de datos específicos sobre su contenido arqueológico, tipo de ocupación, etc.
El Paleolítico Superior.
El Paleolítico superior se muestra bien caracterizado en la cueva de Bolinkoba (Abadiño) y en el abrigo de Silibranka (Mañaria), además de algunos datos dudosos procedentes de las cuevas de Atxuri I y Sailleunta, ambas en Mañaria. La cueva de Bolinkoba presenta una estratigrafía con niveles del Gravetiense (c. 29000-21000 años antes del presente), Solutrense (c. 21000-18000 años antes del presente), Magdaleniense (c. 18000-11500 años antes del presente) y Aziliense (c. 11500-10000 años antes del presente). Por su parte, el abrigo de Silibranka muestra una secuencia desde el Magdaleniense al Aziliense.
Durante el Paleolítico superior se suceden períodos fríos, característicos de los ciclos glaciares Würm III y IV, con fases más templadas y húmedas. Posiblemente, el paisaje de Urkiola estaría compuesto por pequeñas y dispersas manchas de bosque que ocuparían los espacios más protegidos. De acuerdo a los datos procedentes de las cuevas de Bolinkoba y Silibranka, las estrategias de obtención de recursos animales se centraron básicamente sobre tres ungulados: el ciervo, la cabra y el caballo. La recolección de moluscos marinos desde estos yacimientos, tanto con fines alimenticios como para uso ornamental, evidencian una gran movilidad por parte de los grupos de cazadores-recolectores paleolíticos. Asimismo, la presencia de sílex de Trebiño en Bolinkoba manifiesta largos desplazamientos hacia el Sur por parte de estos cazadores paleolíticos.
El Epipaleolítico.
El Epipaleolítico (c. 10000-6500 años antes del presente), época de los últimos cazadores-recolectores, constituye un vacío en la Prehistoria de Urkiola. Este tramo de la secuencia prehistórica no aparece representado en ninguno de los yacimientos investigados, cuestión que puede ser explicada por una mera ausencia dentro de las cuevas excavadas y/o por una falta de atención hacia esas fases postpaleolíticas.
El Epipaleolítico coincide con el comienzo del Holoceno (c. 9800 años antes del presente), fase de asentamiento de una climatología moderada orientada hacia la actual. Este cambio climático provocaría importantes transformaciones en el medio físico de Urkiola: la progresiva expansión del bosque caducifolio y la sustitución de la fauna de gran talla por especies adaptadas al nuevo entorno forestal, fundamentalmente el corzo y el jabalí. En espacios geográficos cercanos, se advierte durante esta fase un incremento en la densidad de ocupaciones y un cambio en las estrategias de gestión del territorio. La variedad de recursos alimenticios característica de las nuevas condiciones medioambientales del Holoceno permite la estabilización del poblamiento generándose un sistema económico fundamentado en la explotación intensiva de un amplio repertorio de recursos desarrollada sobre territorios reducidos.
El Neolítico y la Edad de los Metales.
Los datos referentes a los primeros agricultores y ganaderos, desde el Neolítico avanzado al Calcolítico (c. 5500-3800 años antes del presente), proceden de la estación dolménica de Urkiola y son extremadamente limitados, careciendo de documentación precisa sobre la evolución y características de este período. Dentro de este ciclo cultural, se sucede el fenómeno de los enterramientos colectivos en cueva, de cronología Calcolítico-Edad del Bronce (c. 4500-2500 años antes del presente), bien representado en el entorno de Urkiola. Se advierte ahora un incremento en la población que ocuparía esta comarca, con varias cuevas sepulcrales referibles a este episodio cultural: cuevas de Albiztei y Oyalkoba en Abadiño, y Atxuri I y Jentilkoba de Mugarra en Mañaria. Además, la cueva de Bolinkoba (Abadiño) incluye un nivel de hábitat de la Edad del Bronce en la parte superior de su estratigrafía.
A partir de un momento avanzado del Neolítico (c. 5500 años antes del presente) se produce una brusca ruptura en los patrones de ocupación del territorio, generalizándose el hábitat al aire libre. Se inicia un proceso de intensa modificación del paisaje relacionado con la introducción de la ganadería y la agricultura. La proliferación de asentamientos al aire libre (de los que tenemos indicios en Urkiola), la construcción de monumentos megalíticos (en la estación de Urkiola) y el uso de las cuevas como recintos sepulcrales colectivos testimonian una intensificación en el uso del territorio. Esta transformación del paisaje, equilibrada en estas fases de la Prehistoria, se acelerará durante la Historia y desembocará en el paisaje actual, ya profundamente alterado.
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