En el barrio de Urkiola al que se accede por la carretera general Durango-Vitoria, en el alto de Urkiola se encuentra el Santuario de los Santos Antonios emplazado en una ladera, rodeado de un bosque de hayas, fresnos y abedules. A unos 750 m. sobre el nivel del mar, es el centro geográfico de las tierras de Bizkaia, Gipuzkoa y Alava, jurisdicción municipal de la Anteiglesia de Abadiño, Bizkaia. Dista unos 2 km. del límite de Alava y 5 de Gipuzkoa; a 40 km. de la capital vizcaina, 30 km. de la alavesa y 90 de la guipuzcoana.
Curiosamente su emplazamiento coincide con el centro geográfico del País Vasco, y su tejado divide las aguas de la lluvia por un lado al Cantábrico por Bizkaia y por otro, enfilando por la llanada Alavesa, por el Ebro, al Mediterráneo. Sus mojones al Este y al Norte son las Peñas del Duranguesado, cuyo pico más alto es el Anboto, al Oeste, el Eskubaratz y el Saibi; al Sur, Las Peñas de Arangio. Su buena situación le permite reunir unas condiciones magníficas para el turismo, y así se han instalado en el entorno del Santuario una serie de servicios como son hospederías, refugios y restaurantes que facilitan la estancia de los visitantes.
La historia del Santuario de Urkiola, sin duda, está ligada al establecimiento del Cristianismo. Los primeros brotes de la cristianización del suelo vizcaíno comienzan en el siglo IX hasta el XI y se cree que ésta pudo penetrar por Alava, siendo importantes vehículos de transmisión las vías romanas. Una de estas vías pasaba por Urkiola, lo que contribuyó a que el Duranguesado fuera una de las zonas de mayor implantación y de irradiación cristiana.
Muchas ermitas fueron construidas sobre cuevas y fuentes de antiguo culto gentílico, y de la misma manera, los santuarios más populares, se levantan precisamente en Aralar y Anboto, moradas sagradas de Mari, el genio central de la Mitología Vasca.
Con respecto a la antigüedad del Santuario no se sabe con exactitud, ya que no existen documentos antiguos que lo precisen y de los que se dispone solo dicen que es antiquísimo. Es verdad que Urkiola reunía unas condiciones óptimas para convertirse en uno de los primeros templos del país, puesto que era uno de los grandes focos del pastoreo, un lugar ya sagrado y un camino atravesaba su geografía.
Algunos cronistas aventuran el inicio de la Iglesia de Urkiola en los siglos VIII o IX. Así, se sabe que, en el año 1567 tenía el Santuario un hospital y una casa que producía una renta de 61 ducados, que servía para el sostenimiento del culto del templo y del hospital. En el Santuario de Urkiola se venera a los Santos Antonios, Abad y de Padua, pero el viejo San Antón Abad ha sido eclipsado hasta tal punto que al mismo Santuario se le llama vulgarmente "Santuario de San Antonio".
Su construcción es de grandes proporciones. El acceso se realiza por una gran escalinata. El altar actual está rodeado de veintiuna piedras cúbicas. En el jardín del santuario hay elementos simbólicos de la vida de Bizkaia: la vida marinera, mediante un ancla; la Bizkaia agrícola, mediante una laya, útil de labranza; y la Bizkaia industrial, mediante una turbina de piedra procedente de una antigua ferrería. Frente al Santuario, se encuentra una gran piedra de la cual se afirma que es un meteorito y al que se atribuyen virtudes especiales: dice la creencia popular que dando vueltas a su alrededor las mozas casaderas encontraban pronto marido.
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