Grado de dificultad: Medio-Alto
Riesgo: Medio-Alto
No recomendable en época de lluvias
Al principio este sistema era conocido como 2 cavidades independientes, hasta que el Grupo de Espeleología GEMA materializó su unión en el año 94. Se trata de un sistema en el que convergen varias zonas activas a distinto nivel y zonas inactivas o fósiles de diversos tamaños y volúmenes. Por su boca superior se adentra el río que viene desde el Túnel de Abaro, y tras recorrer diferentes zonas de la cavidad, resurge en la Resurgencia de Jentilzubi, situada un poco más abajo de la Cueva Jentilzubi I. Podemos decir que es la travesía más conocida del Parque, ya que se trata de un recorrido atractivo aunque de riesgo medio-alto, con dificultades de todo tipo, desde zonas acuáticas, pozos de distintas alturas, galerías fósiles de gran volumen y todo tipo de gateras y estrecheces.
Acceso:
Desde el barrio de Indusi en Dima, cruzamos el río por un puente y llegamos por una carretera asfaltada hasta un caserío, desde allí continuamos por una pista hasta llegar a un alto, por el camino podremos apreciar a nuestra izquierda la boca de Gibeldar. Nada más llegar al alto tomaremos un sendero que parte a nuestra izquierda y que nos conducirá hasta el gran portalón de Baltzola, antes de llegar podremos observar el cauce del río que viene por nuestra derecha desde el Túnel de Abaro y se sume por la sima de Abaro.
Para acceder a Jentilzubi I, tomaremos la misma pista que parte desde el caserío ya mencionado y pasaremos junto a su boca, fácilmente reconocible ya que se sitúa a la derecha del gran puente de roca conocido como Jentilzubi, que atravesamos para ir a Baltzola y la Sima de Abaro.
Descripción:
Material:
2 cuerdas de 20 metros para descender en doble
Equipada con anclajes fijos inoxidables.
Ante todo debemos asegurarnos de nuestras capacidades para realizar la travesía, ya que una vez descendidos los pozos no tenemos otra opción que la de continuar hasta Jentilzubi I, así que recomendamos hacerlo con gente con experiencia.
El río es estacional y hay que tener cuidado en el primer pozo, ya que con mucho caudal puede ser muy peligroso.
Nos adentramos por Abaro y descendemos los primeros 2 metros destrepando hasta llegar a la primera reunión, hay que tener cuidado al acceder a ella ya que está un poco expuesta. Se trata de un pozo de unos 6 metros, que da acceso a una zona encañonada de no más de 60 cm. de ancho, en la que debemos avanzar por un pasamanos. Seguimos el cauce del río hasta llegar a un pozo de 8 m donde se precipita el agua, aquí por medio de otro pasamanos llegaremos hasta el siguiente pozo de 15 metros, un hermoso pozo aéreo en el debemos detenernos a la altura de una pequeña marmita, para poder remontar el caos que encontraremos de frente.
Remontamos el caos y destreparemos una serie de pequeñas dificultades que nos situaran el Gran Cañón, una impresionante galería de 50 m de largo y 20 m de altura en algunos puntos. Al final de esté, encontraremos una imponente colada blanca, desde su base remontaremos una zona caótica en busca de las gateras que nos conducirán a una nueva zona activa. Se trata de una zona un poco complicada debido a sus pasos estrechos y algunos un poco comprometidos, que pueden hacernos dudar en nuestra correcta orientación hacia el exterior. Ya en la zona activa recorremos diversos tubos freáticos y pequeños meandros que pueden sifonarse en época de lluvias, aunque no obstaculizan a la hora de realizar la travesía.
Progresivamente la zona activa se va convirtiendo en una zona fósil que va adquiriendo volumen, poco más adelante destrepamos a la zona de los gours, que normalmente se encuentran inundados, al llegar a la parte baja de esta galería, remontaremos hacia la pequeña zona de caos situada a nuestra derecha, que tras varias gateras y pasos estrechos nos conducirán a la boca junto al majestuoso Jentilzubi.
También podemos entrar por la cueva de Jentilzubi I y realizar el recorrido hasta la base del pozo de 15 metros, aunque es más complicado encontrar los pasos que nos conducen al Gran Cañón, una vez llegados a él, el esfuerzo invertido en traspasar las gateras se ve recompensado con los volúmenes de esta galería. Lo malo de hacerlo de este modo es el tener que volver por el mismo camino.
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