Grado de dificultad: Bajo
Riesgo: Bajo
Durante muchos años y según los catálogos conocidos, ha sido la mayor cavidad de la zona hasta la exploración de Jentilkoba y siguientes cavidades superiores al kilómetro. Se trata de una cavidad cómoda y sencilla cuya anchura disminuye paulatinamente hasta llegar a un punto bastante estrecho que da paso al laminador final. Cavidad muy conocida ya que en el interior se encontraron varios restos de Ursus Spaeleus, alguno de ellos se pueden encontrar en el Museo del Mar de Mañaria.
Acceso:
Desde la ermita de San Lorenzo en Urkuleta, tomamos la pista que sube hasta la antigua cantera de Aperribai. Poco más adelante y a la altura de una casa, giramos hacia la derecha para llegar en unos pocos metros hasta la boca.
Descripción:
Nada más entrar, nos topamos con una sala de más de 10 metros de altura y adornada por unas coladas en su pared derecha. Una fuerte rampa nos eleva sobre la sala y comienza un sinuoso trazado. Poco a poco seguimos subiendo hasta llegar a la “Galería de la Luna”, así llamada por que el suelo aparece repleto de depresiones o cráteres que recuerdan a nuestro satélite. La altura es escasa y el avance incómodo aunque por pocos metros.
A continuación se desarrolla otra galería muy bella, la “Galería de los Gours”, así llamada por la abundancia de estas formaciones o presas naturales. En época activa, rebosan agua resultando un cuadro sumamente curioso.
Entramos en el último tramo a través de una penosa aunque corta gatera, a la izquierda se abre un pequeño pozo de 7 metros por donde se sume un pequeño aporte de agua. Continuamos por un laminador que poco a poco se va cerrando en altura. Aunque su ancho es de unos siete metros, no es accesible en toda su extensión debido a su escasísima altura, 30 centímetros.
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